Su abuelo compró estas tierras cuando apenas despuntaba la formación agrícola ganadera de Banderaló, junto a otros hermanos organizaría una empresa familiar: un tambo. Su abuelo y sus tíos abuelos supieron disfrutar de épocas hermosas y aprendieron a llorar los fracasos.Siguiendo aquella primaria iniciativa, sus padres continuaron trabajando el campo. También ellos supieron y saben de luchas y victorias, de peleas y fracasos.
Hoy él acompaña esta lucha. Aún pre adolescente ya sabe, ya conoce la tarea rural; ayuda en lo que puede y como puede, porque ve la dignidad de sus padres que se multiplica en tantas otras historias parecidas a las de ellos. Todos saben que se han cerrado muchos tambos, en las últimas décadas por la errática economía y, ahora, por el agua que no da respiro. Pero no claudican.
Esta foto habla del futuro, de la esperanza. Habla de una lucha contra la naturaleza, contra la mano del hombre, contra la desidia política y otros "contra..." que provocaron la peor inundación en la historia villeguense.
Le dicen Bauti, es cuarta generación de tamberos. Mientras haya otros como él, Banderaló, el distrito villeguense, la región toda, pueden espiar el futuro e imaginarlo productivo, enriquecido, porque su pequeña mano está sostenida por otra gigante, aquella que no nos deja solos...
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