Resulta sabido que la ley Nacional de Tránsito obliga al uso de casco cuando se circula en motos o ciclomotores. Sin embargo, hay mucha gente que no lo usa. La obligatoriedad de su uso parece lógica teniendo en cuenta que ambos vehículos no poseen carrocería alguna que pueda servir de contención en caso de choque o vuelco, y que la sola pérdida del equilibrio en la moto puede significar dar de cabeza contra el duro suelo. Y que la cabeza no es tan dura como el suelo.
Sin embargo, las últimas mediciones de uso de casco realizadas por Luchemos por la Vida en la Ciudad de Buenos Aires, en marzo de 2014, indican que el 16% de los conductores de motos o ciclomotores no lo usan. Y relevamientos parciales en el gran Buenos Aires y localidades del interior del país muestran todavía muchísimo menos uso.
Para qué usar el casco
Los cascos salvan vidas al evitar o amortiguar golpes y heridas en la cabeza, devastadoras y discapacitantes. Los motociclistas que no usan casco tiene mucho más alto riesgo de muerte o de sufrir lesiones permanentes. La Oficina General de Contaduría de Estados Unidos (GAO) ha estudiado y probado que:
• Los motociclistas que usan el casco tienen un 73% menos de mortalidad que los que no usan el casco.
• Los motociclistas que usan el casco tienen hasta un 85% menos de lesiones graves que los que no usan casco.
¿Qué le pasa a tu cabeza en un choque?
El casco constituye el principal elemento de protección cuando se viaja en moto, ciclomotor o bicicleta. Todos han escuchado esto pero algunos no lo creen y se resisten a su uso. Para comprender la utilidad de este elemento nada mejor que comprender qué sucede cuando alguien sufre un golpe en la cabeza.
El mecanismo de las lesiones
Cuando el vehículo se ve envuelto en un choque, el conductor suele sufrir una caída. Si su cabeza golpea contra un objeto, como puede ser el suelo, se produce una lesión por contacto o impacto directo. Pero además, el movimiento que el cuerpo, cabeza incluida, traía durante la marcha sobre la moto o bicicleta se detiene bruscamente, mientras el cerebro continua moviéndose dentro del cráneo en la dirección del movimiento corporal y luego de chocar contra la pared interna del cráneo es impulsado en la dirección opuesta. Este tipo de impacto interno, puede provocar desde una lesión cerebral pequeña hasta una lesión tan grande que provoca la muerte.
Las lesiones en la cabeza pueden ser de dos tipos: abiertas o cerradas, es decir, con heridas abiertas o no. En el primer caso se produce una fractura o penetración del cráneo que puede producir serias lesiones cerebrales. En el caso de heridas cerradas las lesiones se producen cuando el cerebro se sacude dentro del cráneo .La mayoría de las lesiones cerebrales son de este último tipo. Y pueden ser fatales.
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