martes, 27 de diciembre de 2016

La muerte de una beba en General Villegas obliga a reflexionar sobre la inoperancia de algunas prepagas.

Imagen ilustrativa
General Villegas (27/12)- El jueves y madrugada del viernes, no serían dos días más para muchas de las partes intervinientes en un episodio lleno de dolor e impotencia que tuvo como saldo, nada más y nada menos, que una persona sin vida.

Los hechos, de acuerdo a los datos que fuimos recogiendo desde Distrito Interior, se iniciaron en la mañana del jueves cuando la mamá de los mellizos que tenía la cesárea programada para el 15 de Enero, comenzó a sentir fuertes dolores, por lo que se dirigió junto a su pareja a la clínica Modelo, donde la Dra. que la venía atendiendo estaba por entrar a una cirugía.

Al llegar y ser revisada, se determinó que de manera urgente debía ser intervenida dado que el nacimiento se adelantaría, pero el anestesista en el lugar, le cobraría una suma importante en concepto de honorarios, ya que no trabajaría con Osecac, la obra social con la que cuenta la paciente (empleada doméstica), por lo que le sugirió trasladarse al Hospital y así lo hizo en el  automóvil particular con el que había llegado hasta allí.

Una vez en el nosocomio, se le practicó la operación en la que nacieron los mellizos Helena y Nicolás; la nena con un peso muy inferior a su hermano por lo que desde ese momento comenzó lo que sería la odisea de la familia y el peor final.

Para entonces, estima un familiar directo de las criaturas, eran las 10:00 horas. Debido al cuadro que presentaban los recién nacidos se solicitó el traslado a un centro de mayor complejidad, por lo que se solicitó a Osecac, mediante su representante en General Villegas, el traslado urgente.

Mientras éste no se daba, sobre todo la pequeña era asistida en la urgencia; así hasta su deceso que se produciría cerca de la medianoche.

A esa altura de las circunstancias, ya se habían hecho presentes en el Hospital, al menos un funcionario municipal junto al intendente y el director y administradora del lugar.

La familia y los mencionados, habían permanecido en contacto con la obra social que nunca había logrado concretar lo solicitado muchas horas antes.

Teniendo en cuenta que sólo quedaba salvarle la vida al niño y había pasado mucho tiempo desde el requerimiento de la ambulancia, por la que la respuesta durante casi todo el día había sido que “en una hora llegaba”, los ánimos se caldearon y aumentó la presión de todas las partes.

Así fue que cerca de las 3:00 de la madrugada apareció una unidad de traslado contratada por Osecac, proveniente de General Pico (La Pampa) y recién en ese momento, se produjo el traslado a Rosario de Nicolás a quien acompañó su papá, además del profesional a cargo.

Hoy el pequeño se recupera favorablemente en el Sanatorio Rosendo García de la ciudad santafesina, hasta donde viajará la mamá sobre el fin de semana para comenzar a amamantarlo, para lo cual ya están tramitando un hospedaje, entre otras cosas, solicitado en principio a la obra social.

El hecho, más allá de lo doloroso que resulta, es indignante, preocupante y repulsivo a la vez.

El caso abre muchos interrogantes entre los que se cuentan, ¿tanto peso tiene el dinero aún en estos casos?,¿tan desprotegidos se está aún teniendo la cobertura de una obra social como Osecac (en este caso)?,¿ante una situación como ésta es el Estado el que si o si debe responder?,¿si el traslado lo hubiese asumido el Hospital, por lo cual el servicio de Pediatría hubiera quedado sin el profesional y en ese momento era requerido por algo tan grave como el motivo de su ausencia? (…)

Helena estuvo entre sus seres queridos 12 horas hasta que murió, quizá ese era inevitablemente su destino, pero quién puede asegurarlo si no tuvo la posibilidad del traslado que seguramente habría sido la respuesta a ese interrogante que sus padres tendrán por el resto de sus vidas.

Qué más se puede agregar ante tan contundente suceso?. Lo acontecido, en mayor o menor medida, ha sido explicado.

Como siempre, usted sacará sus propias conclusiones, pero esto no es algo para que quede en una simple crónica de las cosas mal hechas.

Si hubo o hay uno o más responsables, que asuma/n su responsabilidad/es como y con lo que se debe.

Así, podremos comenzar a estar un poquito más tranquilos cuando se trate de nuestra salud y la de nuestros seres queridos (tanto en lo público como en lo privado).
Fuente: Distrito Interior

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