General Villegas (23/8/18) - Los ediles de Unidad Ciudadana postulan que es necesario implementar una "zona de exclusión" para proteger la salud de los vecinos de barrios periféricos y que hay experiencias que demuestran que es posible producir sin fumigar. Los concejales del oficialismo plantean una "zona de amortiguación", donde sí se pueda fumigar pero con los agroquímicos menos tóxicos. Dicen que no es posible producir -en términos económicos competitivos- sin fumigar. El debate ya está instaurado.
El bloque Unidad Ciudadana fue el primer bloque en presentar un proyecto. El oficialismo también presentó un proyecto propio. No obstante, ninguno de los dos fue tratado en la última sesión (el jueves de la semana pasada). ¿Por qué? Porque si bien ambos proyectos tienen muchas cosas en común hay algunas diferencias en cuanto a la creación o no de una "zona de exclusión".
Para evitar que se vote una ordenanza que luego no podrá aplicarse -por ser inviable o demasiado compleja-, desde el cuerpo legislativo surgió la propuesta de dejar en comisión ambos proyectos y reunirse con distintos actores involucrados en la temática. El objetivo es zanjar las diferencias y lograr un proyecto consensuado, que cuente con la aprobación de todo el Concejo.
La primera reunión se llevó a cabo ayer, en las oficinas del HCD. Representantes de todos los bloques y referentes del Centro de Ingenieros Agrónomos de General Villegas y del INTA se reunieron para discutir.
Los proyectos tienen muchas coincidencias, pero difieren en algo: la "zona de exclusión". El proyecto de Unidad Ciudadana propone que se instaure una "zona de exclusión" que prohíba fumigar o aplicar cualquier tipo de fitosanitario en un radio de 300 metros alrededor de un centro urbano (localidad o escuela rural) y posteriormente una "zona amortiguadora" donde se puedan aplicar solamente ciertos agroquímicos (los menos tóxicos para la salud). Por su parte, el proyecto oficialista no plantea una "zona de exclusión" puesto que manifiesta que no fumigar generará una zona improductiva, repleta de pastizales que serán el caldo de cultivo para basurales y la propagación de plagas.
Ese es el centro del debate, que continuará (posiblemente esta semana) cuando los ediles se junten con los referentes de las entidades agrarias: Sociedad Rural y Federación Agraria.
"La intención es consensuar, que de las dos ordenanzas salga un solo despacho de comisión para tratarse. Hoy (por ayer) fue la primera reunión. Hubo gente del Centro de Ingenieros Agrónomos, hubo gente de todos los bloques y del INTA Villegas. Se hablaron de los dos anteproyectos. No hubo conclusión porque falta otra reunión con productores de Sociedad Rural y Federación Agraria. Después se juntarán los concejales en reunión de bloques y de Concejo en su totalidad. La idea es ver cómo se pueden ir limando algunas diferencias. En líneas generales los proyectos coinciden. La diferencia es que en la ordenanza de Unidad Ciudadana hay una zona de exclusión y en el otro no, aunque sí se pide que se apliquen las buenas prácticas agropecuarias. Todavía no hay nada cerrado. No hay urgencia para tratarlo la semana que viene, pero cuando más pronto lo consensuemos mejor", comentó Juan José Tomaselli, presidente del cuerpo legislativo, quien encabezó la reunión de ayer.
Por su parte el concejal de Unidad Ciudadana, Carlos Pardo, defendió el proyecto de su bloque, aunque se mostró abierto a la necesidad de consensuar posibles modificaciones: "Somos conscientes de la necesidad de escuchar a todas las partes. La ordenanza necesita de consenso porque sino no va a servir. A nosotros nos parece importante mantener la zona de exclusión, porque a la gente le traen complicaciones las fumigaciones. La zona de exclusión sirve para defender la salud de la gente de los barrios periféricos. La visión general de la gente que estuvo hoy (por ayer) y del oficialismo es la visión de la parte productiva, la visión agrícola; por eso no son partidarios de la zona de exclusión. Hay un interés económico muy importante que genera diferencias. Pero también hay un interés por la salud, por eso proponemos reunirnos con ambientalistas de América y Trenque Lauquen y especialista de La Plata. Es una responsabilidad nuestra como concejales el poder darnos una ordenanza. El proyecto de Unidad Ciudadana es importante porque ahora hay algo a partir de lo cual podemos trabajar; antes estaba todo en el aire".
Sebastián Cerrajería, del bloque UCR-Cambiemos, aclaró que el proyecto oficialista no plantea una "zona de exclusión", sino una "zona buffer o amortiguadora" de 500 metros alrededor del centro urbano, donde se puedan aplicar productos banda verde y azul (que son los menos tóxicos).
"Si no se fumiga quedan los campos improductivos, con plagas. En el INTA nos dijeron que fumigan, en condiciones de buenas prácticas, pegado a la Estación Experimental y no pasa nada. En el Centro de Ingenieros nos dijeron que los distritos que encararon una ordenanza con zona de exclusión tuvieron problemas porque esas zonas se llenaron de ratas. Quedan baldíos al lado de la zona urbana. Si se hace una aplicación bien hecha no hay deriva y los agroquímicos no llegan a las casas", explicó Cerrajería.
El concejal sostuvo que la idea de la Subsecretaría de Medio Ambiente es traer una fumigadora y hacer una demostración a campo para exponer, ante los vecinos y toda la comunidad, cómo se deben hacer las aplicaciones en el marco de las buenas prácticas agropecuarias.
"La idea no es modificar los proyectos, la idea es que salga un proyecto del cuerpo, que cada uno consensue. El objetivo es que salga algo aplicable", remarcó Cerrajería.
Martín Videla Dorna, el presidente del Centro de Ingenieros Agrónomos de General Villegas, afirmó que la reunión fue positiva: "Nosotros les presentamos los pro y los contra de cada proyecto. Queremos que salga un proyecto que sea aplicable, que no sea tan complicado que termine en un cajón. Tiene que ser algo beneficioso para las dos partes: que proteja a la población y que sea beneficioso para los que usan esas técnicas", dijo.
En cuanto a la controvertida "zona de exclusión" manifestó que "eso no es bueno. Sí hay que aplicar restricciones a determinados agroquímicos y a la forma de aplicación, pero restringirlo totalmente es marcar un área sin producción, una zona sucia, llena de plagas, un criadero de ratas y animales que pueden transmitir enfermedades. Todo produce un impacto ambiental, pero hay que tratar de minimizar ese impacto con las buenas prácticas agrícolas. No se puede producir sin agroquímicos, por lo menos en fines económicos. El impacto ambiental cero no existe, pero sí se puede reducir el impacto ambiental lo más posible. Esa forma está reglamentada en el mundo, donde obligan a los productores a trabajar bajo ciertas normas y restricciones, como por ejemplo restricciones de productos, restricciones operativas y restricciones climáticas".
Y concluyó: "También sería importante que se respete la receta agronómica. Uno cuando se siente mal va al médico y el doctor es el que hace la receta. En este caso es igual: una persona no puede ir a comprar un bidón de agroquímicos y tirar cualquier cosa; necesita una receta de un ingeniero agrónomo que diga qué producto tiene que tirar y en qué condiciones. Respetando eso, el impacto en el ambiente y en la gente baja. Se reduce a niveles aceptables. Pero hoy en día el abismo entre lo que hay que hacer y lo que se hace es enorme".
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