Sus estudios secundarios los hizo en Banderaló, su pueblo natal, es una de los primeros alumnos que, precisamente, este año cumplen sus Bodas de Plata como egresados de la Escuela Secundaria Nº 6.
Pero, además de su rol como docente, ejerce una profesión estimulante y hermosa: es Payamédica. Me cuenta que “en General Pico existimos desde el año 2013. Desde entonces tenemos seis generaciones de Payamédicos, yo pertenezco a la cuarta generación. Payamédicos es una Asociación Civil sin fines de lucro, fundada en Argentina en el año 2002, por el Dr. José Pellucchi. Hoy cuenta con una cantidad de 4000 Payamédicos en todo el país”.
Any aclara un concepto que muchos damos por descontado: no necesariamente hay que ser médico para ejercer esta profesión, tanto es así que en su grupo hay médicos, quinesiólogos, estudiantes universitarios, docentes, amas de casa, abuelas, etc. Un requisito importante es ser mayor de 18 años y haber terminado la escuela secundaria. Aclara, también, que para ser Payamédico, además de tener una formación, requiere un gran trabajo en equipo, entrenamiento, compromiso y sobre todo mucho amor para dar. Un dato curioso es que cada uno diseña su propio traje respetando la paya ética, teniendo en cuenta, principalmente, los colores y demás requisitos.
Le pregunto cuál es su ámbito o ámbitos de trabajo y me explica: “Participamos en todos los eventos o lugares que estén relacionados a la salud, como campañas de donación de órganos, lactancia materna, etc, en hospitales, geriátricos, instituciones educativas, hacemos algunos domicilios. Nuestra misión es contribuir a la salud emocional del paciente. Para tal fin utilizamos recursos psicológicos y artísticos relacionados con juegos, música, teatro, magia y el arte humorístico en general. La formación consta de tres etapas formativas: la teatral, una formación específica en Payamedicina que incluye las nociones básicas de bioseguridad para poder desenvolvernos correctamente en el medio hospitalario y residencia”.
Pero, ¿cómo fue que ingresó en este fascinante mundo?, así lo explica, con la voz entrecortada por la emoción, nuestra entrevistada:
“Llegué a General Pico por cuestiones laborales, no por elección propia. Buscaba otros horizontes para aminorar un poco el sufrimiento de dejar mi casa, un trabajo donde estaba desde hacía siete años, mis compañeras de trabajo, todo… Pero detrás de algo bueno siempre viene algo mejor, y los cambios te pueden dar otras cosas. Fue lo que me pasó. Me dio buenas compañeras de trabajo, una de ellas me ofreció hacer un curso de Payamédico. La idea me encantó aunque no sabía si lo iba a poder hacer, la parte teatral me encantaba porque sumaba para mi carrera, pero la parte para trabajar con las personas que tienen un problema de salud muy delicado me ponía en dudas. Siempre pensaba que jugar con un niño iba a ser difícil y en realidad es difícil jugar con el adulto, porque el adulto se olvida de jugar, y lo tenés que meter en un mundo totalmente irreal, donde jugás con mucha fantasía, por ejemplo, jugás una escondida y la persona se puede esconder detrás de una botella de medio litro, esas cosas…, si vos lográs eso es porque tu misión ya está cumplida. Y a veces el corazón se rebalsa porque es muy emocionante, más de una vez necesitamos apoyo porque es difícil entrar a un lugar donde ves un papá con su hijo en coma, con su bebe en coma y tenés que trabajar con ese papá y aunque sea por tres minutos sacarlo de ese mundo de tristeza que tiene, una vez que lo lográs te explota el corazón. Si, cuesta lágrimas, pero ya te dije: el trabajo en equipo es muy importante. Si una compañera terminó afectada se trabaja con ella, ¡y se trabaja! Te sacás la nariz, el traje y empezás a trabajarlo ahí, adentro, no alcanzás a ir a tu casa, tiene que ser en ese momento. Ser Payamédico es un trabajo que te da mucho amor, sinceramente te hace sentír viva…”
Tal vez no haya una receta para ser Payamédico, pero buceando entre las respuestas de Any, tal vez encontremos una fórmula sencilla aunque superadora: Hay que tener ganas y amor; amor para dar y amor para recibir.
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