martes, 29 de octubre de 2019

EDITORIAL: ¿Y PARA QUE SIRVEN LAS ENCUESTAS?

Nuevamente las encuestas volvieron a fracasar.
Recordemos que en las PASO ninguno de los estudios publicados avizoraba un resultado por encima del 45 % por parte de ningún candidato, ni tampoco una diferencia mayor a 10 puntos entre el primero y el segundo. Sin embargo, las dos cosas ocurrieron.
Era de pensar que este antecedente lograría un cambio, pero no, nuevamente las encuestadoras jugaron un papel deplorable y quedaron dentro del grupo de perdedores de la elección a presidente.
Página 12 fue más allá y publicó que Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner atravesarían el 27 de octubre la línea del 50 por ciento de los votos y derrotarían a la fórmula Mauricio Macri - Miguel Angel Pichetto por alrededor de 20 puntos.
Pero estos continuos fracasos no sólo pasan en Argentina, tomemos como ejemplo lo que ocurrió en el año 2016 en Estados Unidos: de 80 sondeos que se hicieron, solo uno arrojó que  Trump sería presidente. Como ejemplo, una encuesta afirmó que Clinton ganaría en Florida, Carolina del Norte, Pensilvania y Wisconsin. El actual presidente ganó en esos cuatro estados clave.
“La sociedad ya no es la misma, explica Luís Dall’aglio, director de la consultora Delfos, tampoco  pueden ser iguales los medios con los que se intenta conocerla. Los electores de 1983 no tenían la misma preparación ni la misma experiencia democrática que los de 2019. Hoy más del 65 por ciento de los argentinos habilitados para votar nacieron con las instituciones en vigencia. Por este motivo, muchas reivindicaciones y demandas también modifican su sentido: por ejemplo, la libertad ya no es el objetivo de una lucha, sino que ya es parte del patrimonio político.
En el arranque de la democracia, todo era nuevo, emoción, expectativa, ilusión. Hoy, todo es desazón, desilusión, cansancio, incertidumbre. Hace 35 años, se votaba por el mejor; después se votó por el menos peor; hoy se vota para que “no gane quien no quiero que gane”. Cambió en gran parte el sentido del voto.”
A veces vale más la percepción del entorno social que los adelantos tecnológicos. El olfato. Que fue lo que me llevó a escribir en mi editorial “¿#sisepuede?”, publicado el 21 de octubre en este sitio: “Lo cierto es que el slogan que “hay gato para rato” está cerca de hacerse realidad, pues la hazaña del ballotage está apenas a un arañazo, mientras que la alegría de la dupla Fernández – Fernández ha disminuido y mucho, tal como pudo observarse en la actitud desconcertada del candidato del Frente de todos, anoche, en el segundo debate presidencial.”
Eso fue lo que finalmente pasó: la distancia en el escrutinio provisorio quedaría cercano al 8%: 48,10% a 40,38%.
Raúl Ernesto Comba
Banderaló Noticias, 29/10/19

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