Banderaló, abril 2 - Lo conocí el 25 de mayo de 1984 al mediodía. Había asumido como intendente en diciembre del 83. Retorno de la democracia.
Esa fecha patria se celebró en Banderaló ya que el nuevo gobierno municipal había decidido descentralizar las fechas oficiales y realizarlas en los distintos pueblos.
Golpeó las manos mientras estábamos almorzando.
Fiel a su estilo campechano y gentil se presentó como el intendente y solo me dijo que quería conocerme. No hubo ofrecimiento de ningún tipo. Ni promesas.
Ese fue el primero de muchos encuentros posteriores. Si bien lo había votado ese gesto terminó por convencerme y fue el inicio de mi militancia en la UCR.
Trabajé en el sub comité de Banderaló, fui candidato más tarde y electo Consejero Escolar.
Me ofreció el cargo de Jefe del Registro Civil donde trabajé hasta que asumió el peronismo.
De Alberto me queda una medalla por mi contribución a las instituciones intermedias y haber trabajado ad honorem en el registro. También un posa pava con la base de corchos sobre madera terciada con forma de paleta de tenis que hizo con sus propias manos, con una hermosa dedicatoria escrita de su puño y letra. Sus llamados telefónicos para el día del amigo. Antes de decir hola simplemente comenzaba llamo para saludar a un amigo.
De Ballari, Intendente Municipal desde el 10 de diciembre de 1983 hasta el 10 de diciembre de 1995 y ex Diputado Provincial entre 1995 y 1999, me queda la fortuna de haber conocido a una persona íntegra. ¡Tan parecido a otro grande, Raúl Alfonsín!
Su estirpe humilde, sus convicciones profundas y verdaderas, ya son iconos no solo para los radicales sino también para todos los que lo conocieron. No sé si él pudo entenderlo, pero su figura es parte de la historia villeguense.
A partir de su fallecimiento, este 1 de abril, más que nunca se convierte en Padre de la Democracia Villeguense, como lo llamo desde hace tiempo.
De este amante de los aviones y autos me quedan frases como: “Formar parte de una Nación, significa vivir juntos para hacer algo entre todos. La democracia no tiene dueño, el país es propiedad de todos, comprenderlo definitivamente será lo mejor que pueda sucedernos a los argentinos.”
Gracias Alberto por enseñarme que ser buena gente es posible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario