Nuevos vientos
Quienes nos criamos en la zona rural, sabemos que los vientos juegan un papel muy importante en nuestras vidas.
El viento sur anuncia frio, el este lluvia, el oeste seca y el norte calor y humedad…, pero hoy para todos, sopla un viento distinto.
Quienes pisamos los 50 años, y nacimos con la “nueva democracia”, allá por el año 83, quedó grabado en nuestra memoria, la figura de “políticos de raza” como Don Arturo Illia, pensar que le decían “la Tortuga” y fue el único presidente que dejó al país sin deuda real.
O Don Ricardo Balbín, contrincante político de Juan Domingo Perón, aquel de la justicia social y el que resurgió la clase media argentina. Don Ricardo, nunca le pudo ganar, pero existía entre ellos un respeto, que quedó plasmado en una frase que dijo ante el cuerpo sin vida del General Perón,
“hoy no vengo a despedir a un adversario, vengo a despedir a un amigo”.
Todavía tenemos grabado en la retina, las multitudinarias manifestaciones en adhesión a los discursos del gran orador, Don Ricardo Alfonsín, ¡y si!, los ciudadanos nos movilizábamos a la plaza para escucharlo, y no había colectivos pagos por el partido de turno, ni punteros políticos que nos arriaran como ganado, íbamos por el placer de escuchar.
Quien no lo recuerda recitando el “Preámbulo”, o diciendo aquella frase, ”con la democracia se cura, se come y se educa”.
Los tiempos han cambiado… y la política también, como dice la clase política, “la política es el arte de lo posible”, ¡y si!, el arte del autoritarismo, la corrupción, el clientelismo, y muchos más adjetivos que no vale la pena nombrarlos.
Quienes nacimos en la “nueva democracia”, venimos de familias donde la discusión política era habitual en los almuerzos o las cenas. En la mía, por ejemplo, mi abuelo era peronista y de independiente, mi madre radical y de river y mi padre conservador y de boca, las comidas eran jugosas en discusiones políticas o futboleras, algunas veces amagaban a no llegar al postre, pero el sentido común y la cordura hacían que esto nunca sucediera.
Con los resultados de los últimos comicios, quienes recordamos aquellas épocas, sentimos que empiezan a soplar nuevos vientos, como decimos en el campo “hay olor a tierra mojada, que lo trae el viento que anuncia lluvias”.
A partir de ayer, los ciudadanos sentimos que había algo en nuestro interior que se movilizaba, y nos movilizaba, como hacíamos antes, cuando íbamos hacia la plaza de un remoto pueblo del interior a escuchar la oratoria de algún viejo dirigente político, solo por el hecho de... escucharlo.
Los ciudadanos esperamos, que la dirigencia política que hoy quiere producir este nuevo cambio, esté a la altura de las circunstancias, que las políticas de estado como la salud ,la educación, la seguridad, sean prioritarias, y si no lo hacen “que Dios , La Patria, y los Ciudadanos se lo demanden.”
Vienen tiempos de cambio.
Soplan vientos…de esperanza.