Ahora que la situación está un poco más calma, es bueno sentarse a pensar en todo lo que nos pasó esta semana. Tal vez, la más caótica desde que comenzaron las inundaciones.
Cada pueblo ha tenido su propia semana. Ellos viven el avance de la masa hídrica desde hace varios meses. Pasaron por la desesperación, la desazón, la incredulidad y hasta el abandono. Improvisaron soluciones y mostraron la dignidad de una batalla perdida de antemano.
Sin embargo, el protagonismo quedó en la ciudad cabecera. Hay un adagio popular que reza que Dios está en todas partes pero atiende en Buenos Aires, parodiando podremos decir, en nuestro caso, que atiende en General Villegas.
En los últimos discursos hemos escuchado decir que reaccionaron porque “ahora nos toca a nosotros” en clara alusión a los riesgos de inundación que corre el casco urbano de General Villegas. Vale la reacción, siempre y cuando las soluciones también lleguen a los pueblos del interior villeguense. Tan castigado como el área que circunda la ciudad cabecera.
El presidente de la Sociedad Rural de General Villegas ha declarado que “tenemos fuerza cuando nos lo proponemos, nos juntamos y salimos a pedir lo que realmente necesitamos. El pueblo estuvo ahí. Había gente de todos lados pidiendo que saquen el agua”. Es cierto, había gente de todos los pueblos sencillamente porque quienes vivimos en el distrito apoyamos las manifestaciones que surgen en la ciudad cabecera, contrariamente, la gente que vive en la ciudad no concurren nunca a los pueblos para apoyarlos. Esa es la verdad. Y no pretendo generar una división entre unos y otros, sólo plantear que así como el agua amenaza a la ciudad cabecera también lo ha hecho con los pueblos. Y lo sigue haciendo.
El intendente tendrá que aguantarse que sus colegas lo llamen “traidor”, “caudillo de la vieja política”, que corra el riesgo de alguna denuncia judicial, aunque ayer desmintió en conferencia de prensa los rumores que hablaban de ello. Tal vez su única recompensa hayan sido los aplausos con los que la gente lo recibió en la manifestación del lunes en el cruce de las rutas 33 y 188. Allí, en un discurso vehemente, se refirió a la denuncia penal realizada por los intendentes de Rivadavia, Carlos Tejedor y Trenque Lauquen contra el gobierno bonaerense cuando decidió cortar las rutas para aliviar la situación de General Villegas.
La decisión política ya fue tomada. Ahora hay que continuar con los compromisos asumidos.
Campana aseguró ayer en su conferencia de prensa, que se van a ampliar los pasos de agua en las rutas 188 y 33 tirando por la borda el rumor que indicaba que Vialidad e Hidráulica no iban a permitir más cortes. "Estoy exhausto pero me siento muy fuerte y acompañado por Nación, por Provincia y por todo el pueblo de General Villegas”, aseguró Campana. Está muy bien que se sienta reconfortado por ese acompañamiento. Pero, cuidado, que Villegas no se crea el ombligo de la provincia. Ya vimos que nada es fácil de conseguir.
Raúl Ernesto Comba
Periodista Banderaló Noticias