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Con Marta, en mi visita al Museo |
Banderaló (07/02/21) - Es un placer transcribir la entrevista que nuestros colegas le hicieron a Marta García, una mujer multifacética que dejó su impronta en Banderaló.
Conociendo a quienes están detrás del Museo Histórico Regional: Hoy, Marta García
Desde hace un tiempo el Museo Histórico Regional comenzó a ser un sueño. Y varios años después el proyecto finalmente se concretaba. Hoy, emplazado en el predio del ferrocarril, encontró su lugar en la comunidad, que lo valora; y entre los que visitan nuestra ciudad y quieren conocerlo.
ACTUALIDAD les propone que conozcan también a quienes son parte de su comisión, que desde hace tiempo viene realizando una minuciosa tarea para que el espacio se convirtiera en lo que hoy es, con la idea de seguir creciendo.
En este marco, iremos compartiendo las preguntas (elaboradas para todos sus miembros por igual) y las respuestas de este grupo de docentes jubilados, pero no quietos.
En esta oportunidad hablamos con Marta García.
– Nombre y apellido. Fecha de nacimiento.
Marta Iris García. 01/07/1942.
– Hija de…
Alfredo García Casas y de Iris María Fernández.
– ¿Cómo está compuesta su familia?
Tengo dos hijos, Jorge, casado con una linda jujeña (Ximena) en Jujuy, y me regalaron 3 hermosos nietos: Lucía (15), Bautista (13) y Rufino (10). Y Franco, en pareja con Joana, una mujercita maravillosa, que están muy cerca de mí.
– Cuando era pequeña, ¿qué imaginaba ser cuando fuera grande?
Siempre me interesó la medicina y la docencia. Las circunstancias no permitieron lo primero, comencé en el Nacional y terminé magisterio en el I.M.I.
– ¿Cuál era su trabajo antes de jubilarse?
Siempre fui docente, haciendo suplencias primero, hasta que me nombraron en una escuela a 100 kilómetros de General Villegas. Luego fallece mi padre y me acerco un poco a la Escuela N° 26 de «Campo Frías», entre Banderaló y E. V. Bunge. Estando ahí (un lugar que disfruté por su comunidad siempre al servicio del maestro, todavía tengo trato con algunos alumnos) conocí a mi esposo y me radiqué en Banderaló. Ahí fui cuatro años docente y doce años directora, hasta mi jubilación en 1991.
– ¿Cuál es su balance de esa tarea? ¿Qué le enseñó? ¿Qué le dejó? ¿Qué cosas quedaron pendientes?
Me dediqué a la escuela, al pueblo y mi familia. Estando en la escuela me gustó la idea de que en Banderaló hubiera un museo, conversé con gente interesada y formé una comisión. Así surgió el Centro Cultural y Museo «Doctor Cimino», el primero en el distrito y que nos llevó mucho tiempo organizarlo. También colaboré en la creación del Hogar de Niños, en varias comisiones y en la escuela con todo lo que fue necesario en ese momento: la nueva biblioteca, el patio, etc.; y así siguiendo la obra de la directora anterior, Marta Brignone y continuándola las que me sucedieron. Fue y es hoy una hermosa escuela. Esto me dejó la experiencia de lo que es trabajar con niños, docentes, padres y comisiones. Creo que no tengo nada pendiente, porque todo lo que quise hacer y la comunidad me permitió, lo hice.
– ¿Por qué se sumó al grupo que conforma el Museo Histórico Regional?
Estando en la Asociación de Educadores Jubilados de la Provincia de Buenos Aires, cuando la presidente, en ese entonces Gladis Pinedo, nos pide llevar ideas. Con Alma y mi experiencia propusimos el museo. Les gustó y desde la Asociación surge el proyecto. Pensando que todos los pueblos tenían museo, se hizo esta propuesta al municipio (2010). La creación es más tarde (2015). En el mientras tanto se realizaron varias exposiciones, una en el Parque Municipal y otras en la sala del Teatro Español.
– ¿Cómo le gustaría que, fundamentalmente los villeguenses, vean ese lugar? ¿Cree que lo valoran?
La gente lo valora, les gusta, nos anima a continuar, lo han demostrado con la concurrencia diaria, las visitas a las exposiciones (26), el seguimiento en las redes sociales, el aporte de objetos y fotos… No teníamos nada. Comenzamos con una exposición de medios de transporte, todo prestado; y pensábamos con qué llenaríamos ese lugar. Sin embargo, hoy estamos llevando a un depósito porque el lugar está completo.
– Desde su punto de vista, ¿la historia y la cultura no tienen el lugar que se merecen?
Más o menos; solo en las grandes ciudades he visto preocupación por los museos, debe ser por el turismo. Acá viene al caso comentarte que nosotros hemos tenido muchos visitantes de las provincias que, estando de paso, preguntaban almorzando en la parrilla de la ruta, ¿qué podían visitar?; y Juan Carlos (Mackay) los enviaba al Museo. En otra oportunidad una delegación de dinamarqueses que visitó la estancia «San Marcos» y el encargado los llevó al Museo. Recuerdo que llegaron a las 22 horas porque se les había roto el transporte y nosotros esperando con la exposición del transporte del 1900. La espera fue larga, pero lo que queríamos era que la gente conociera el MHR.
– ¿Qué papel juega la educación en ese sentido
Muy importante. En los museos están nuestras raíces y es el docente el que debe incentivar a los alumnos para concurrir a los mismos, a investigar, a observar, para las realizar las actividades áulicas viendo el material concreto. Acá es la oportunidad de agregar, por lo que hemos visto, que al niño de Jardín le interesa el objeto en sí; a los jóvenes por lo que les pueda servir para sus futuras carreras. Y al niño de primaria le interesa el objeto y la historia del mismo.
– ¿Cómo ve a las nuevas generaciones en medio de tanto avance tecnológico?
Personalmente no le temo, es muy bueno si se usa correctamente y es lo que debemos informar a niños y jóvenes. El libro, el papel y el lápiz nunca van a dejar de existir. La tecnología avanza a pasos agigantados, lo vemos también con la robótica. Y me alegro que en nuestra ciudad se le de tanta importancia.
– ¿Cuál le gustaría que sea el futuro de este Museo del que es parte?
La verdad que es parte de mi vida. Me gustaría que no se descuide nunca. Que las autoridades entiendan su importancia y perdure en el tiempo.
– Un mensaje a la comunidad…
A la comunidad agradecerle porque siempre colaboró, aportó (no teníamos nada) y tuvo confianza en nosotros dando los recuerdos más valiosos de padres, abuelos, tíos… No es fácil, cuesta deshacerse de los recuerdos de familia, por ejemplo las fotos; que gracias a las fotos donadas estamos formando una fototeca, incentivados por Alexander, un fotógrafo que nos visitó hace unos años a nosotros y Bellas Artes. En homenaje a todos los fotógrafos de Gral. Villegas y con el nombre del pionero «Don Juan Fábregues», inauguraremos en algún momento la fototeca. Siguiendo con las fotos, mucha gente se deshace de ellas, pero yo, gracias a mis fotos familiares (que estaban guardadas en el museo) pude armar el árbol genealógico que les pedían a mis nietos en la escuela; y gracias a los objetos donados pudimos ofrecer las hermosas exposiciones que hicimos. Además, agradecer a las autoridades todos sus aportes, pero que comprendan lo valioso que son los museos en los pueblos. Un pueblo sin raíces no es un pueblo, no es nada…
Para finalizar, quiero destacar la actividad de Miguel Alegrí y Alejo Arias, que durante la cuarentena continuaron trabajando porque seguimos recibiendo muchas donaciones que fueron inventariadas, etiquetadas y guardadas en el depósito como corresponde.