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Banderaló, abril 10 (LOCALES) - El siguiente texto fue publicado por Tomás Penacino, colega de Emilio V. Bunge. Nos adherimos a este pedido.
"En esta semana se retomó la vacunación del COVID 19 en las ciudades cabeceras de la provincia, conforme a lo dispuesto por la autoridad de salud provincial, según informó a FM Zeta, German Polaris, coordinación de vacunación en el partido de General Villegas.
En ocasión de tener que llevar a mi madre a vacunarse en dependencias del Prado Español de la ciudad cabecera, el pasado miércoles, pude tomar nota personalmente de las dificultades que esto genera a los habitantes de los pueblos del interior del distrito. Si bien el comentario general da cuenta de una correcta atención, aquí el problema está en la tremenda desigualdad que sufrimos quienes vivimos en los pueblos, convirtiéndonos, como ya se ha dicho, en ciudadanos de segunda categoría. He visto a una querida vecina de Coronel Charlone con 92 años, esperando su turno bajo el agobiante sol del mediodía; hemos sabido de quienes han tenido que contratar ambulancia para llevar a vacunar a adultos mayores que en sus domicilios se encuentran postrados; gente que con haberes jubilatorios mínimos están ante la disyuntiva de contratar un remis que les insume buena parte de sus magros ingresos o tener que renunciar a la posibilidad de vacunarse. También se ha suscitado el caso de matrimonios que fueron citados por separado (es obvio que el sistema no “lee” si se trata de cónyuges) pero el doble viaje se podría evitar si se instalaran vacunatorios en las localidades.
Se conoce el antecedente de las vacunaciones realizadas en Hogares de Ancianos y personal sanitario de los pueblos, por lo que, queda a la vista, que una estructura es posible de montar. Entiendo que esto (salvo algún aspecto técnico/sanitario que desconozco) se debe a una decisión política. Por entender que de eso se trata, propuse por la emisora radial local, que se haga oír la voz del pueblo a través de nuestros representantes en el concejo deliberante, para que dejando de lado posturas partidarias, den vida un proyecto de comunicación que haga llegar a quienes tienen a su cargo la toma de decisiones, la realidad que se vive en el interior del distrito.
Al compartir esto en las redes sociales, sé que también estoy abriendo la posibilidad para que los “profetas del odio”, como los denominaría Arturo Jauretche, que utilizan dinamita verborrágica para despacharse contra todo el mundo, hagan catarsis según sus propias apreciaciones políticas y en nada contribuyan a buscar en conjunto una solución. Aquí entiendo que es la hora del diálogo sereno y el reclamo firme e insistente. Somos muchísimas las personas que aún ESPERAMOS nuestro turno para ser vacunados. Nuestra petición está orientada en dar una voz especialmente por aquellos vecinos nuestros de menores recursos y personas con discapacidad, a quienes les resulta una quimera, tener que trasladarse a la ciudad cabecera para ser vacunados.
Les pido que quienes estén de acuerdo compartan esto y que hagan llegar aportes que permitan alcanzar lo que se pretende y no que pongan “palos en la rueda” por el camino de la confrontación, que tanto daño ya nos ha hecho a los argentinos.
Tomas Penacino