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La tentación de la fotito |
Banderaló, abril 25 (RAUL COMBA) - Paradójicamente, mientras Banderaló soportaba ayer un día muy triste por la muerte de dos personas con raíces banderolenses, yo viajaba a General Villegas en busca de la esperanza.
Las muertes por COVID de José Luís Galetto y Marcela Vassarotto, dos personas jóvenes que se sumaron a una dramática estadística, refleja el drama que se vive y nos coloca al borde del abismo.
Después de una tediosa espera de casi dos meses, me comunicaron que el sábado 24 de abril tenía turno para recibir la primera dosis de la vacuna contra el coronavirus. Un sol espléndido acompañó mi viaje hacia la ciudad cabecera. Es que no queda otra alternativa, para la gente de los pueblos, que peregrinar hacia Villegas ya que la posta de vacunación funciona en el Prado Español de la ciudad homónima.
La atención fue muy buena. Por mi condición de discapacidad mi vacunadora, Luz, así me dijo llamarse, vino hasta mi auto a vacunarme. Todo fue rápido, dinámico y cordial.
Acostumbrado a leer entre líneas, cuando veía los testimonios que mostraban el carnet de “vacunado” o hablaban de las maravillas en cuanto la atención, dudaba si todo ello no formaba parte de una campaña publicitaria. Confieso que no.
El plan provincial de vacunación gratuito, público y optativo contra el coronavirus tiene como objetivo vacunar a toda la población mayor de 18 años. Si todavía no te anotaste, no lo dudes, hacelo.
Si bien vacunarse no significa la liberación de contraer el virus, al menos es una forma de fortalecer defensas. Ojalá llegaran más vacunas y todos tengan acceso a ella. Ojalá se puedan poner postas de vacunación en los pueblos.
Al final de cuentas “Merecer la vida / Es erguirse vertical más allá del mal de las caídas. /
Es igual que darle a la verdad / Y a nuestra propia libertad la bienvenida.” (Honrar la vida, Eladia Blásquez)