sábado, 14 de junio de 2014

14 de Junio Día Nacional del Barrendero

La Comisión Por  La Memoria, La Verdad y  la  Justicia de Gral. Villegas nos ha hecho llegar una gacetilla informativa difundiendo que este sábado 14 de junio es el día nacional del barrendero.
El  Senado y la Cámara de Diputados de la Nación instituyeron el 14 de junio de cada año como el DÍA NACIONAL DEL BARRENDERO. Fecha elegida en homenaje al barrendero y sacerdote católico Mauricio Kleber Silva Iribarnegaray, secuestrado por fuerzas militares mientras realizaba sus tareas en el barrio de Villa Devoto de la ciudad de Buenos Aires el 14 de junio de 1977. Semanas antes habían corrido la misma suerte otros dos trabajadores de la limpieza urbana: Néstor Julio Sanmartino y Julio Armando Goitía. Todos ellos integrantes de la trágica lista de detenidos desaparecidos por el Terrorismo de Estado durante la última dictadura cívico militar.

Como Comisión por la Memoria, la Verdad y la Justicia queremos destacar y valorizar este día en el que se rinde homenaje a todos los barrenderos y barrenderas del país, quienes con su abnegada y dura tarea mantienen limpia nuestra ciudad. A la vez, queremos tener presente que este 14 de junio es también un día de recuerdo para todos aquellos trabajadores, que como Silva, Sanmartino y Goitía, fueron blancos favoritos de la dictadura militar y sobre todo a quienes se oponían y resistían a sus políticas represivas, laborales y económicas.

El Padre Mauricio Silva, nacido en Uruguay en 1925, aspiraba desde muy joven a compartir su vida con los más pobres. En 1942 ingresó en la Congregación de los Hermanos Salesianos del Uruguay donde estudió teología y fue ordenado sacerdote en Argentina en 1951. Se dedicó a la Pastoral Social en la diócesis de Montevideo desde 1960 hasta 1970, cuando resolvió viajar a la Argentina para ingresar en la Fraternidad de los Hermanos del Evangelio.

Con la firme voluntad de estar junto a los más humildes, se instaló en un conventillo que compartía con varias familias en la ciudad de Buenos Aires, mientras cumplía su sueño de dedicarse al mundo de los barrenderos; en 1973 recibió su nombramiento por la Dirección General de Limpieza de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires. Durante la dictadura militar era consciente del peligro que corría por la represión que había golpeado a numerosos religiosos, pero optó por no viajar al exilio, ya que consideraba que esta era una opción de privilegio.

A las 8.30 del 14 de junio de 1977 fue subido a un coche Falcon mientras limpiaba, como todas las mañanas, en la intersección de las calles Margariños Cervantes y Terrero. Algunos testimonios afirman que fue llevado a la comisaría 41º de la Capital y luego al centro clandestino de detención El Atlético donde, aseguran, fue terriblemente torturado. Su rastro después se pierde para siempre.




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