General Villegas, Prensa (11/11/19) - Con la presencia del Padre Pepe DiPaola, presidente de la Fundación Familia Grande Hogar de Cristo, el miércoles próximo tendrá lugar la presentación del proyecto, equipo y modalidad de trabajo. Esto resulta de un trabajo en conjunto con el obispado de 9 de julio, la parroquia Nuestra Señora del Carmen y la Secretaría de Desarrollo Social del municipio de General Villegas.
El Hogar de Cristo, es una fundación que tiene como finalidad dar respuesta integral a situaciones de vulnerabilidad social y/o consumos problemáticos de sustancias psicoactivas, poniendo en primer lugar a la persona y sus cualidades. En este caso, se trabajará en el Centro Barrial de La Trocha, en un galpón del ferrocarril que se está acondicionando para tal fin en la calle Monte Santiago entre Salta y Tacuarí.
La presentación abordará el objetivo de la fundación que consiste en el trabajo por una cultura del encuentro y de protagonismo comunitario, promoviendo valores cristianos, capacitando y sensibilizando a través de la Escuela de Formación, realizando actividades de extensión e investigación.
El abordaje se trata no solamente un problema de drogas sino de personas atravesadas por este flagelo. No hay una línea directa que va de la droga a la recuperación. Desde ese lugar, los Centros Barriales de la Familia Grande del Hogar de Cristo reciben la vida como viene, en su totalidad y complejidad.
No se puede pensar en una recuperación plena e integral si quien consume está solo, vive en la calle o no tiene DNI que le permita tramitar los beneficios sociales o acceder a cualquier institución sea pública, de salud o social. Sin esas condiciones básicas resulta imposible que alguien pueda pensar en re-armar su vida. Es por esa razón que en los Centros Barriales, el Hogar de Cristo acompaña todos los aspectos de la vida de la persona.
El trabajo es de manera integral, respetando los tiempos y la libertad de cada uno; trabajando desde lugar es la sugerencia, el consejo, nunca el control. A diferencia de tanto modelo de éxito estandarizado que parece ineludible, se prioriza el acompañamiento con la convicción de que son la paciencia, la cercanía, el afecto y la dedicación los que educan, sostienen y orientan.
Así, el Centro Barrial se convierte en un hogar alojador, donde la presencia cercana y el testimonio de quienes han transitado ya el camino propuesto se vuelcan al servicio de los y las que recién empiezan. Esto posibilita la construcción de un entramado de relaciones. Es con las otras personas que se favorece la construcción de un lazo social que permite hermanarse, sentirse parte. La familia ampliada, la comunidad, la parroquia, el barrio resultan fundantes del desarrollo individual.