Banderaló, junio 13 - El sábado pasado un grupo de feligreses, entre ellos gente mayores, esperaron por más de media hora al padre Di Pietro para la misa pero el cura nunca apareció.
Cuando había una comisión ésta se encargaba de informar a la comunidad si había o no misa. Luego del conflicto que motivó la renuncia de la comisión parroquial no hay quien cumpla esa función, o, si la hay, no informó la suspensión de misa. Aparentemente el sacerdote tiene el contacto de algunas mamás de catequesis que podrían informar si no puede venir.
Algunas de las quejas fueron:
«La iglesia helada por estar cerrada.»
«El cura no tiene ningún interés en la comunidad.»
«Me dió pena los pocos niños que hacen el esfuerzo de ir a misa (otros no van porque no saben si hay).»
Es una falta de respeto a la gente grande que fue a la Parroquia que no se haya comunicado nada así como también la búsqueda de consenso que se estira en el tiempo sin hallar una solución a este conflicto.