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Ahora, un pasacalle recuerda esta importante fecha |
Banderaló, junio 1 (LOCALES) - Una de la más grande e importante creación edilicia cumple hoy 100. Un 1 de junio de 1921 por inspiración de un joven médico, se proyecta, se sueña y se funda una Sociedad Italiana.
¡Y cómo no hacerlo en un pueblo donde la colectividad italiana ocupaba un espacio amplio, hermoso y lleno de misterio! Esa mezcla rara de lengua piamontesa que hablaban los italianos genoveses, lombardos, venecianos…
Para conseguir trabajo, alojamiento o invitar a bailar, había que hablar dicho dialecto o al menos “parlar” italiano ¡si hasta los criollos enamoradizos lo aprendían para conquistar a la gringa que se había adueñado de su corazón!
Llegó a Banderaló el doctor en 1919 y enseguida se amoldó al paisaje y se hizo cargo de las carencias sociales, culturales y deportivas de un pueblo en formación.
Ya es leyenda que creó el Club Atlético Banderaló (hoy Club Ingeniero White) un 9 de Julio de 1921 como también lo es que haya creado la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos “Italia Unita” para que se mantenga vivo el espíritu de italianidad en este lado del océano.
El hombre de los sueños creíbles se llama Pedro Roberto Bagnati, doctor egresado de la Facultad de Medicina en la Universidad de Buenos Aires. Su vocación de servicio lo impulsa a tomar iniciativas relevantes para amoldar la idiosincrasia local.
En la escuela dicta conferencias para alumnos y personal docente.
En 1925 organiza los primeros corsos y a la vez crea y dirige una comparsa con los jóvenes, llamada “Los pescadores” que alcanza a competir en los corsos de General Villegas.
Dirige y a la vez es protagonista de varias obras de teatro para aficionado así como también organizó peleas de boxeo entre seguidores de este deporte para simple diversión.
En el año 1926 Bagnati se ausenta de Banderaló y regresa a vivir en la Capital Federal donde prosiguió su labor plena de amor y abnegación. En 1951 fue director de la Dirección General del Menor. Fundó un teatro de marionetas realizando él mismo los muñecos. Con un grupo de estudiantes universitarios ofrecían desinteresadamente funciones en los asilos de niños huérfanos, para ofrecer alegría a quienes tanto necesitaban.
Bagnati nació en la Capital Federal el 7 de febrero de 1893 y falleció allí el 12 de Noviembre de 1966 a los 73 años.
Su espíritu proactivo anda hoy por las calles del pueblo en cada descendiente de italianos, en cada nieto o bisnieto de Voglino; Lanatti; Guspini; Mura; Albiero; Virano; Saluzzo; Rivetti; Bergonzi; Marengo; Capellino; Marino; Barale; Forletti; Giordano; Pittatore; Trentinaglia; Boeris; y tantos otros apellidos como el de mi bis abuelo Juan Comba que llegó de su Tarantasca natal.
Saludemos este día al ritmo de una tarantela o cantando algunas bellas canciones italianas como O Sole Mio mientras una zamba de Atahualpa Yupanqui no le canta a la luna porque alumbra nada más, le canta porque ella sabe de nuestro largo caminar.
En esta amalgama de sentimientos que desborda de emoción mi corazón mientras escribo, vaya mi saludo a la actual Comisión Directiva de la Sociedad Italiana y mi homenaje a todos los emigrantes italianos que dejaron su huella en la arena caliente de este pueblo destinado a cobijar los más hermosos sentimientos.