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Adrián Dalmasso, periodista banderolense radicado en Santa Rosa |
Banderaló (26/11/20) - La muerte de Diego Armando Maradona tiene repercusión mundial. El mundo periodístico y sus más variados argumentos recorren el planeta. De ese mundo elegimos una nota escrita por el periodista Adrián Dalmasso, banderolense que ejerce su profesión en Canal 3 de Santa Rosa (La Pampa) y LU33 Emisora Pampeana.
Así reflexiona Adrián en relación a la muerte de Maradona:
" Y si hacemos de cuenta que todo es un mal chiste, Pelusa. Y si nos montamos a los vientos que domaste bajo el lazo de tu zurda. Y si prometemos encontrarnos otra vez en el arrabal de la vida, en aquellas riberas imaginarias donde brotó tu clase con aroma a tercer mundo.
Y si nos heredas aquellas tardes de potrero, Pelusa. Y si nos dejás palpar el amor al juego en la piel de tus pies descalzos y de tus canillas lastimadas. Y si nos heredas cualquiera de tus noches pletóricas y te volvés una brisa en el recuerdo. Un soplido manso que sane esta herida de ausencia, el tibio confort de tu aura que ya se extraña.
Y si jugás otra vez a cambiar el mundo, Pelusa. El mío, el tuyo, el de éste, el de aquel. Y si te volvés nuevamente el sueño de los sin jeta. El grito atronador de los mudos. La rebelión poética de los sumisos. Y si nos cargas en el reverso de tu empeine de pintor para sacudir la magia en forma de acuarela. Y si nos obsequias la eternidad en tus rulos azabache o la silueta mítica de tu estampa, hecha con retazos de los dioses.
Y si no enseñas a volar otra vez, barrilete. Y si nos paseas cada tanto por el barro del suburbio, en las noches de mate cocido y pan duro. Y si nos dejás un día en los descampados de Fiorito, o Villa Caraza, o Valentín Alsina. Y nos enseñás de paso cual era la forma de tus sueños, ungidos con olor a Riachuelo, a silencio de piso de tierra y a ruido de panza vacía.
Y si hacés que despertás de este sueño, Diego. Y si amainás, al menos esta noche, la tristeza sincera de los que nacimos al fútbol con vos. Y si volvés a alumbrar este noviembre ruín con tu picardía de barrio bajo y la lucidez de tus sentencias inapelables. Y si solo es que te escondiste tras el gajo de una Tango, o en el pliegue de la lengüeta de tus Puma, o en una arruga caprichosa de esa cinta de capitán, que llevabas como un tatuaje en tu bíceps izquierdo.
Y que tal si otra vez nos robas unas lágrimas, D10s. San Martín. Belgrano. Perón. Evita. Gardel. El Che. Y si desollinás mi mente con un tiro libre al ángulo. Y si rompés los diques del recato con una gambeta en una baldosa. O evacuas el smog de esta turra vida con un pase entre líneas para dejar al 9 de cara al gol.
Se ha ido Maradona. El mas humano e hijoeputa de los dioses. Si es que no resucita al tercer día, ojalá retorne en cada grano de tierra de nuestros potreros, que se vuelva aire para el aliento en nuestra tribunas, que se convierta en el humedad que reverdezca la gramilla de nuestros estadios.
Diego fue, dentro de la cancha, una de las pocas cosas unánimes de la que podemos ostentar como Nación. Su muerte clausura una era para una generación, para un país, para un planeta del que fue dueño y Rey. Allá arriba le dará un abrazo a la Tota y a Don Diego, y luego se irá entre las nubes, como el niño que siempre fue, a tirarle caños a tanto ángel desprevenido.
Ojalá en tu lecho, Diego, hayas prometido volver cada tanto en la cola de tu barrilete. O porque no, transformado sin porfía en cualquiera de tus jugadas increíbles, para volver hacernos reír hasta llorar.