El árbitro que suspendió el partido Ingeniero - Santa Rita comienza su declaración periodística diciendo que había cobrado dos penales en 5 minutos a favor del equipo visitante y que la gente no entendió esto. "Inmediatamente" prosigue Marchesi, "cuando reanudamos el juego el delantero del equipo local me insulta..., no me insulta, me incita a que me van a matar a palos en el vestuario, automáticamente lo expulso. Camino al vestuario, luego de los 45 minutos, estamos llegando por el túnel, mi asistente Marcos Lucero, que manejaba las llaves, se adelanta al vestuario y ve las puertas abiertas, todo tirado, todo roto, todo revuelto. Así que inmediatamente la policía nos acompaña. Tomamos fotos de todo lo sucedido. Le comento al oficial a cargo con qué gente contamos y no me dio las garantías que se necesita.Lo charlamos con mis compañeros, que no se podía seguir de esta manera porque ni el predio ni los vestuarios estaban en condiciones para proteger nuestra seguridad. Es importante decir que no se robó nada. Los capitanes y DT pedían permiso, entraban y preguntaban sobre la situación. Querían seguir, más que nada el equipo local. Noté en el delegado del club local quería imponer esto y él me comentaba que esta misma situación había sucedido dos o tres veces antes y que nadie había hecho nada. Me pareció un momento justo para dar una situación ejemplificadora donde hay frenar la pelota. De esta manera estamos arriesgando que alguien en otro momento sufra algo peor. Fue un hecho donde quisieron demostrar que ellos tenían el poder y siguieron demostrándolo mientras estuvieron en el vestuario".
Por otro lado, según fuentes consultadas, la policía local sostiene que el árbitro y sus colaboradores tenían las garantías necesarias para continuar el partido.
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