Raúl Comba, administrador de Banderaló Noticias |
Hay una macro realidad que nos involucra a todos. La “realidad país”. En este espacio directa o indirectamente estamos afectados. Para bien. O para mal. Este año la balanza se inclina más para carita triste que feliz. Un año duro. Como dice Inodoro Pereyra: “mal… pero acostumbrao”. ¡Y vaya si los argentinos sabemos de andar peleándole a la adversidad!
Y ahora también hemos aprendido a pelearnos entre nosotros. La realidad virtual nos ha delegado una multifinalidad de sensaciones imposible, a menudo, de soportar. Hay mundos diferentes. Según con la intención con que se lo mire. Pasamos de negro a blanco. No hay zonas grises.
Todos los días nos despertamos con malas noticias. La mala noticia garpa. Un día son los tarifazos, otro el dólar, el siguiente el riesgo país…
Es verdad que las buenas noticias como obras públicas, exportaciones, adelantos científicos, seguridad, la pelea contra el narcotráfico, etc, quedan en segundo plano porque la economía devora todo. ¿Quién dijo que el dinero no hace la felicidad? El dinero no da la felicidad y aunque puede ayudarte a estar bien, la felicidad es otra cosa y se siente de forma diferente. Se siente mejor si tengo la seguridad de llegar a fin de mes sin tropiezos (leer esta frase con una cuota de cinismo…)
También hay una micro realidad. Nos involucra individualmente. La “realidad personal”. Acá nos movemos de manera diferente. De acuerdo a nuestra voluntad. A nuestras garras. A las ganas de ganarle a la adversidad. De pararnos desafiante y aprender a caminar separando las espinas. No quedarnos esperando la dádiva del estado sino procurando fortalecernos para ser personas dignas. El laburo te hace una persona digna. Cuando hago este planteo me dicen que el gobierno no da empleo ni fomenta el trabajo. Si no te lo da, procúratelo. Hay ciento de iniciativas. Venimos de varias generaciones donde el valor del esfuerzo dejó de serlo. Sin esfuerzo no hay nada, o casi nada…
En esta micro realidad cada uno de nosotros sabrá cómo nos fue. Bien. Regular. Mal.
En este último encuentro con ustedes, les pido que no se dejen arrebatar la esperanza. No se den por vencidos. Hace décadas que pregono que una mejor Argentina es posible. Seguiré haciéndolo. Abracen las utopías. Y recuerdo a Eduardo Galeano:
Ella está en el horizonte.
Me acerco dos pasos,
ella se aleja dos pasos.
Camino diez pasos y el horizonte
se corre diez pasos más para allá.
Por mucho que camine,
nunca la alcanzaré.
¿Para qué sirve la Utopía?
Para eso sirve: Para caminar.
Raúl Ernesto Comba
Banderaló, 29 de diciembre de 2018
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