Sandra Sayago, bibliotecaria, coordinó la marcha luego de observar el interés y las motivaciones de un grupo de jóvenes estudiantes.
Esta iniciativa convocó a más de 70 personas que, luego de marchar alrededor de la plaza, tuvieron la oportunidad de escuchar el único mensaje leído por Sandra y que dice textualmente:
"A Milagros Robledo no la conocimos, tampoco a Luisa, la señora que mataron en Piedritas, ni a Micaela García o Johana Panalla, a Lucía Pérez o a Candela Rodríguez y tantas otras que lamentablemente ya no vamos a poder conocer porque alguien las asesinó. Y decimos “alguien” porque queremos seguir creyendo que un buen hombre no hace este tipo de cosas. No son hombres, son lacras.
Por eso estamos acá, para derribar mitos y desnaturalizar prácticas patriarcales. Estamos acá para decir:
• No importa la ropa que vestimos.
• No importa quienes son nuestros amigos.
• No importa si tomamos alcohol
• No importa ni por dónde andamos y ni a qué hora.
Nadie tiene derecho a decidir sobre nuestras vidas.
Estamos acá para pedir que la justicia caiga con todo su peso sobre el asesino de Milagros y sobre todos los femicidas. Y también para que encuentre las herramientas necesarias para protegernos. No queremos tener miedo, queremos andar libres por la calle, no queremos vivir pendientes del mensajito “llegué”, no queremos tener miedo por el solo hecho de ser mujer.
Queremos que la violencia tenga fin. Vivas y libres nos queremos.
¡Ni una menos!
¡Justicia para Milagros y para todas!"
No hay comentarios:
Publicar un comentario