Las fotos testimonian cómo la gente, a pesar de los montículos de tierra, hacen caso omiso a la prohibición de pasar y encaran igual destruyendo lo que otros, de buena fe, construyen.
Este camino está ubicado en la esquina del campo de Cipriani, pero puede ser cualquier otro, hemos dado cuenta de ello.
Sabemos que vivimos una situación extraña, inmanejable, inesperada, pero no implica que no respetemos las normas poniendo en riesgo la salud de toda una comunidad.
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